Letra de Extra�a Flor - Sandro
Letra de canci�n de Extra�a Flor de Sandro lyrics
Fuiste como una extra�a flor entre la piedra negra
De esa monta�a a la que fui ascendiendo
Tapizada de miles de flores muy silvestres...
En la parte m�s baja, en el comienzo.
Pero al ir subiendo, la monta�a se hizo �rida
El verde de la base se fue ennegreciendo
Las florecillas se fueron esfumando
Y la belleza fue desapareciendo.
En las alturas, la soledad es intangible
Solamente silencio, ruido ensordecedor
Miles de almas, ni una sola mirada
Como fr�o port�til y ausencia de la flor.
Pero te vi, estabas all�, sola, como esperando
https://www.coveralia.com/letras/extrana-flor-sandro.php
Entre la tristeza de la piedra desnuda y solitaria
Y con tu aroma a la esperanza recib�
Esa extra�a flor que me punzaste las entra�as.
Me postr� frente a ti, como se hace ante Dios
De bruces, en cruz mis brazos abiertos
Y te vi, te vi y agradec� que estuvieras all�
Pues comprob� que a�n no estaba muerto.
Y en la negra soledad de mi monta�a
Estabas all�, altiva e imponente
M�s que aquella rosa del peque�o principito
Que sabemos jam�s, tuvo la misma suerte.
De esa monta�a a la que fui ascendiendo
Tapizada de miles de flores muy silvestres...
En la parte m�s baja, en el comienzo.
Pero al ir subiendo, la monta�a se hizo �rida
El verde de la base se fue ennegreciendo
Las florecillas se fueron esfumando
Y la belleza fue desapareciendo.
En las alturas, la soledad es intangible
Solamente silencio, ruido ensordecedor
Miles de almas, ni una sola mirada
Como fr�o port�til y ausencia de la flor.
Pero te vi, estabas all�, sola, como esperando
https://www.coveralia.com/letras/extrana-flor-sandro.php
Entre la tristeza de la piedra desnuda y solitaria
Y con tu aroma a la esperanza recib�
Esa extra�a flor que me punzaste las entra�as.
Me postr� frente a ti, como se hace ante Dios
De bruces, en cruz mis brazos abiertos
Y te vi, te vi y agradec� que estuvieras all�
Pues comprob� que a�n no estaba muerto.
Y en la negra soledad de mi monta�a
Estabas all�, altiva e imponente
M�s que aquella rosa del peque�o principito
Que sabemos jam�s, tuvo la misma suerte.