Letra de No Digas Nunca Jam�s - Luis Eduardo Aute
Letra de canci�n de No Digas Nunca Jam�s de Luis Eduardo Aute lyrics
Despu�s de tantos nunca m�s,
de no volver la vista atr�s,
de pronto est�s ah�...
Y aquello que no pudo ser
ahora vuelve a renacer,
y ha sido porque s�...
Cuando por fin logr� olvidar,
qui�n iba nunca a imaginar,
que al cabo de los a�os volver�as a decirme
nada existe, nada existe sin ti.
Pero ahora nunca me oir�s
decirte nunca jam�s...
No, no, no nunca jam�s
no digas nunca jam�s,
jam�s, jam�s...
Volvi� despu�s de mucho errar
el marinero de la mar,
del monte, el cazador...
https://www.coveralia.com/letras/no-digas-nunca-jamas-luis-eduardo-aute.php
Aquel que se empe�� en huir,
porque era cosa de vivir
la vida alrededor...
Y el mundo aquel por descubrir,
�feliz rev�s del devenir!,
en una vuelta de esas me devuelve tu presencia
y redescubro, redescubro el amor...
El terco sino del azar,
que no ha cesado de jugar,
al gato y al rat�n...
nos ha empujado el gran error,
de no tener ning�n temor
a la imaginaci�n...
y as� el destino, siempre cruel,
en este caso ha sido infiel
a todos sus principios y, en un gesto de locura,
nos invita... a perder la raz�n.
de no volver la vista atr�s,
de pronto est�s ah�...
Y aquello que no pudo ser
ahora vuelve a renacer,
y ha sido porque s�...
Cuando por fin logr� olvidar,
qui�n iba nunca a imaginar,
que al cabo de los a�os volver�as a decirme
nada existe, nada existe sin ti.
Pero ahora nunca me oir�s
decirte nunca jam�s...
No, no, no nunca jam�s
no digas nunca jam�s,
jam�s, jam�s...
Volvi� despu�s de mucho errar
el marinero de la mar,
del monte, el cazador...
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Aquel que se empe�� en huir,
porque era cosa de vivir
la vida alrededor...
Y el mundo aquel por descubrir,
�feliz rev�s del devenir!,
en una vuelta de esas me devuelve tu presencia
y redescubro, redescubro el amor...
El terco sino del azar,
que no ha cesado de jugar,
al gato y al rat�n...
nos ha empujado el gran error,
de no tener ning�n temor
a la imaginaci�n...
y as� el destino, siempre cruel,
en este caso ha sido infiel
a todos sus principios y, en un gesto de locura,
nos invita... a perder la raz�n.